Todos los niños de la escuela de Valorcesto tenían que tomar una decisión complicada: decidir quién tiraría un tiro para poder jugar un partido final. Todos lo tuvieron claro y Alexandrá asumió la responsabilidad con éxito. El paso de los nervios a la alegría en un instante. Felicidades a todos.
Desde el CB Egonaiga fomentamos que los niños hablen entre sí y que aprendan a escucharse y respetarse para después llegar a un consenso.